Estrés

¿Te sientes constantemente tenso, preocupado o abrumado? El estrés en sí no es dañino, es una respuesta principalmente física que nos alerta y nos prepara para enfrentar una situación. Pero como todo exceso, este se vuelve negativo. Cuando esta activación física se mantiene y perdura en el tiempo, pueden aparecer problemas graves. Mantenerte siempre alerta implica un gran esfuerzo para nuestro cuerpo y nuestra mente. Pero ¡no te preocupes! Estás en el lugar indicado para aprender a identificar y controlar el estrés. Sigue leyendo para descubrir cómo puedes comenzar a manejarlo y recuperar tu bienestar.

Síntomas del estrés

Síntomas PsicoSalud
Tensión muscular

Experimentas dolores musculares, especialmente en el cuello, hombros y espalda, debido a la tensión crónica. Esta tensión puede provocar molestias persistentes y dificultar tu capacidad para relajarte. Además, la tensión muscular constante puede causar dolores de cabeza y aumentar tu sensación de malestar físico.

Problemas de sueño

Tienes dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormida durante toda la noche. A pesar de sentirte exhausta, tu mente parece incapaz de apagarse, lo que dificulta tu descanso y afecta tu bienestar general. La falta de sueño adecuado puede afectar tu estado de ánimo, tu concentración y tu capacidad para funcionar durante el día.

Fatiga constante

Te sientes cansada incluso después de dormir lo suficiente, y te resulta difícil encontrar energía para realizar tus actividades diarias. Esta fatiga constante puede afectar tu capacidad para concentrarte y disminuir tu productividad. Además, la fatiga crónica puede afectar tu estado de ánimo, tendiendo a estar irritable.

Irritabilidad y cambios de humor

Te sientes irritable, impaciente, frustrada o enojada con mayor frecuencia, y tus emociones parecen estar fuera de control. Pequeñas molestias o contratiempos pueden parecer abrumadores, lo que afecta tu bienestar emocional y tus relaciones personales. La irritabilidad constante puede afectar tu capacidad para comunicarte de manera efectiva y dificultar tus interacciones sociales.

Problemas digestivos

Experimentas malestar estomacal, náuseas, diarrea o estreñimiento con regularidad, incluso sin una causa física aparente. El estrés crónico puede afectar el sistema digestivo, provocando molestias gastrointestinales que pueden empeorar tu malestar emocional. Además, los problemas digestivos pueden afectar tu alimentación y tu nutrición, lo que puede empeorar aún más tus síntomas de estrés.

Causas y factores de riesgo

Cambios importantes en la vida

Eventos significativos como mudanzas, cambios de trabajo, divorcio o la pérdida de un ser querido pueden desencadenar estrés. Ajustarse a nuevos cambios y adaptarse a nuevas circunstancias puede ser emocionalmente agotador y aumentar tu vulnerabilidad al estrés. Además, los cambios importantes en la vida pueden afectar tu sentido de identidad y tu bienestar emocional.

Relaciones conflictivas

Los conflictos en las relaciones personales, ya sea con la pareja, familiares o amigos, pueden aumentar los niveles de estrés. La falta de comunicación, la falta de apoyo emocional y los desacuerdos constantes pueden generar tensión y afectar tu bienestar emocional. Además, las relaciones conflictivas pueden afectar tu autoestima y tu confianza en ti misma. De estas situaciones, puede derivarse otro factor: el aislamiento social.

Estilo de vida poco saludable

La falta de actividad física, una mala alimentación y hábitos poco saludables pueden contribuir al estrés crónico. Un estilo de vida sedentario puede afectar tu salud física y emocional, aumentando tu vulnerabilidad al estrés y afectando tu capacidad para hacer frente a los desafíos diarios.

Problemas financieros

Las preocupaciones constantes sobre el dinero, las deudas y la estabilidad financiera pueden generar una gran cantidad de estrés. La incertidumbre sobre el futuro financiero puede provocar ansiedad y afectar tu capacidad para disfrutar del presente. Además, el estrés financiero puede afectar tu salud física y emocional, y dificultar tu capacidad para tomar decisiones efectivas.

Presión laboral

Las altas demandas en el trabajo, los plazos ajustados y el ambiente laboral estresante pueden contribuir al estrés crónico. La presión por rendir, la falta de control sobre tus tareas y la preocupación por el desempeño pueden afectar tu bienestar emocional y físico. Además, el estrés laboral prolongado puede aumentar el riesgo de agotamiento y otros problemas de salud mental.

¿Cuándo es necesario comenzar con terapia?

Todos pasamos por momentos difíciles en la vida que nos hacen sentir mal. Sin embargo, hay ocasiones en las que el sufrimiento, la ansiedad, el agobio o la tristeza son tan intensos que afectan significativamente nuestro día a día.

Este es un buen momento para considerar iniciar terapia, antes de que los problemas se agraven. En terapia, te ayudaré a identificar el origen de tus dificultades y a encontrar soluciones.

Recuerda, ir a terapia psicológica es un acto de valentía. Es reconocer que tienes una dificultad y que estás dispuesto a trabajar para mejorar tu bienestar.

Chica con gato PsicoSalud

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