Terapia Cognitivo-Conductual

La terapia cognitivo conductual (TCC) es una forma de terapia que se enfoca en identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que causan malestar emocional. En la TCC, trabajamos juntos para explorar cómo tus pensamientos influyen en tus emociones y comportamientos, y cómo estos pueden afectar tu bienestar emocional.

A través de la TCC, aprenderás a identificar pensamientos negativos o distorsionados y a reemplazarlos por pensamientos más realistas y saludables. También desarrollarás habilidades para enfrentar desafíos y manejar el estrés de manera más efectiva.

 

Pasos de una Terapia Cognitivo-Conductual

Cognitiva PsicoSalud
Identificar situaciones problemáticas o trastornos de tu vida.

Estos pueden incluir problemas tales como una afección médica, divorcio, pena, enojo o síntomas de un trastorno de salud mental. Es necesario que junto al terapeuta dediquen un tiempo para decidir en qué problemas y objetivos te quieres concentrar.

Prestar atención a tus pensamientos, emociones y opiniones en relación con estos problemas.

Una vez que hayas identificado en qué problemas tienes que trabajar, el terapeuta te alentará a contarle lo que piensas. Para ello, es posible que debas observar qué te dices a ti misma sobre una experiencia (diálogo interno), tu interpretación del significado de una situación y tu opinión sobre ti mismo, otras personas y eventos. Es posible que el terapeuta sugiera que escribas un diario con tus pensamientos.

Identificar pensamientos negativos o inexactos

Para ayudarte a reconocer patrones de pensamiento y conducta que podrían estar contribuyendo a tus problemas, el terapeuta puede pedirte que prestes atención a tus respuestas físicas, emocionales y conductuales en diversas situaciones.

Reformar pensamientos negativos e inexactos.

Es muy probable que el terapeuta te aliente a que te preguntes si tu opinión sobre una situación se basa en hechos o en una percepción inexacta de lo que sucede. Este paso puede ser complicado. Ya que, puedes tener maneras de pensar sobre tu vida, y sobre ti misma, desde hace mucho tiempo. Con práctica, los patrones de pensamiento y conductas útiles serán un hábito, y no deberás hacer tantos esfuerzos para lograrlos. En esto se basa la Terapia Cognitiva.

¿Cómo le saco el máximo provecho?

Enfócate en la terapia como una sociedad.

La terapia es más efectiva si eres una participante activa y compartes la toma de decisiones. Recuerda que juntas definiremos cuáles son los problemas principales que vamos a tratar, y luego, veremos cómo abordarlos. Juntas, podemos establecer objetivos y evaluar el progreso con el transcurso del tiempo.

Sé abierta y sincera.

El éxito de la Terapia Cognitiva depende primero de tu voluntad para compartir tus pensamientos, sentimientos y experiencias, y segundo de qué tan abierta seas para recibir nuevos puntos de vista y formas de hacer las cosas. Si eres reacia a hablar sobre determinados temas a causa de emociones dolorosas, vergüenza o temor sobre la reacción del terapeuta, déjamelo saber para que lo pueda tener en cuenta.

Cumple con la Terapia Cognitivo-Conductual.

Si te sientes deprimida o careces de motivación, podría resultar tentador saltear sesiones de la terapia. Si lo haces, puedes interrumpir tu progreso afectando a la efectividad del tratamiento. Asiste a todas las sesiones y piensa sobre lo que quieras hablar, recordando que la sesión te podría quitar es desánimo.

No esperes resultados instantáneos.

Trabajar sobre temas emocionales puede ser doloroso y a menudo requiere un trabajo duro. Es común sentirse peor durante la fase inicial de la terapia, ya que es cuando comienzas a enfrentarte a conflictos pasados y actuales. Puedes necesitar varias sesiones antes de comenzar a ver mejoras.

Haz tu tarea entre sesiones.

Si tu terapeuta te pide que leas, lleves un diario o hagas actividades fuera de las sesiones regulares de terapia, sigue sus indicaciones. Realizar estas tareas en tu hogar te ayudará a poner en práctica e incorporar lo que has aprendido en las sesiones de terapia.

Si sientes que no te está ayudando, háblalo.

Si sientes que no te estás beneficianda con la terapia luego de varias sesiones, habla con tu terapeuta sobre eso. Tú y tu terapeuta pueden decidir hacer algunos cambios o intentar un enfoque diferente.

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